La falta de talento de mis amigos fue la excusa perfecta para iniciar este oficio de escritor. Perdonen ellos por ser tan franco, pero así están las cosas, todos sin excepción alguna me resultan, ( próximo a mis veintinueve primaveras) un total fiasco, aun cuando muchos de ellos estén en Europa o usa, pasando la resaca de las drogas tropicales. Mis entrañables amigos: performancistas, pintores, fotógrafas, o simplemente objetos de ambientación de las mas patéticas fiestas en la que yo mismo he puesto a dar vueltas mi filoso tacón imaginado. Ahí esta la razón, ahora las risas! Ahora lean conmigo: Mi vida no vale nada sin la barbie proletaria!
-Con permiso, permiso, no mas por hoy, no mas.
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