jueves, 15 de marzo de 2007

LOS DIAS FELICES DE BRANDY



Encontrarse por alguna oscura casualidad con Charles Romero alias Brandy la cirujana, era como diría García Lorca "Equivocar el camino". Con todas sus características este personaje hubiese podido figurar como estrella central de un mórbido film de Darío Argento.


Muerto hace mas de diez años, su solo nombre causa espanto entre el circulo travestí de la ciudad. Brandy o Charles era hijo de una prostituta quien murió a causa de la sífilis , quedando huérfano a los dos años de edad, y criado por una loba, como el mismo decía refiriéndose a Regina Daconte, un travestí entrado en años, amigo de su madre y a quien fue encomendada la labor de nodriza. Se encargo de velar por el niño que ya a los siete años era un experto con las cuchillas minora, las cuales metía en su boca rotándolas con la lengua como si se tratará de una inofensiva pastilla de menta.

En una pieza astrosa ubicada en el centro de Barranquilla, Brandy fue espectadora de su propia película de horror. Alos once años era un hábil aprendiz en el sucio arte del hurto callejero , su madre putativa le enseño los trucos de la supervivencia travestí , por ejemplo: como robar a un cliente sin siquiera pestañear, desmantelar el radio de un auto , entre otras artimañas del oficio.La Regina ya pasaba los cincuenta y su hija empezaba a cooperar con los gastos de la casa, la vieja travestí se sentía orgullosa de su siniestro capullo, ya en sus ojos veía correr un furioso arroyo que arrasaría con todo a su paso. Por aquel cuarto desfilaron las imágenes mas sórdidas en la vida de Brandy, su borracha y adicta mentora empeoraba con los años.

El olor allí era por decir menos, pestilente, la reducida estancia se limitaba a dos catres viejos y mugrosos, un radio transistor, un fogón a gas que cuando se usaba convertía el cuarto en un toxico sauna, algunos platos plásticos con sus respectivos cubiertos y un cajón de mimbre para la ropa completaban sus míseras pertenencias.Había días en los que el hambre se pegaba al estomago y la párvula ninfa se alimentaba de cualquier fruta podrida flotando en las aguas negras del mercado. La Regina se hundía cada vez mas en el fango, sus clientela eran los vendedores de pescado del centro, repugnantes hombres que tomaban al niño a la fuerza, mientras la nodriza se ahogaba en píldoras y aguardiente sobre la cama. Brandy tenia que ducharse por largo rato para quitarse de encima la pestilencia a sangre de pescado y escamas que quedaban enredadas en su pelo y que aquellos tipos traían adheridas a la ropa; veía ir toda aquella porquería por las rejillas del sumidero.

A los quince Brandy era un personaje en aquella zona de ventas de frutas y carnes del mercado de la ciudad, la Regina ya no salía, el sida y los tóxicos habían quemado el en otroros tiempos rostro de jazmín, era casi un cadáver, emanaba un aroma nauseabundo, el cuarto era alumbrado débilmente con un bombillo de luz mortecina, dándole a la estancia un ambiente de pesadilla, donde la sombra esquelética de la loca se cubría con unas sabanas blancas que la hija le había regalado. Ya no Vivian juntas, pero Brandy llegaba con frecuencia a visitarla, le cambiaba las sabanas, la ayudaba a ir al baño y la limpiaba con una esponja y aceite, la vestía con batas de tela fresca, peinaba los pocos pelos que quedaban, empolvaba con talco el pecho y enrojecía con carmín las cadavéricas mejillas, -estas como para una foto, le decía Brandy y ponía un beso sin asco en su frente alunarada por las manchas de la peste, -no he sido una buena madre, la voz era como un quebradizo estrujar de hojas secas, Brandy le traía de comer y ella misma le daba los alimentos, le disolvía el AZT en el jugo porque si se lo dejaba la loca mandaba venderlo, aun en su penoso estado habían momentos en los que se sentía vital para seguir jalando vicio, así que no le dejaba ni una moneda,-Gracias hija, decía la Regina cuando Brandy se marchaba, dejándole los claveles frescos que le compro en la puerta del cementerio.A pesar de la mala vida en su niñez Brandy había resistido la tentación química de las drogas, pero el primer paso hasta esa escalerilla que desciende hasta el infierno lo dio la bella quinceañera en la navidad de 1987:

La noche de navidad a pesar de no ser la más feliz de su vida por la muerte reciente de su amada y pérfida madre, pero al fin y al cabo hizo hasta donde pudo. Por lo menos la Regina tuvo un hueco donde enterrarla, con su filosa uña postiza dejo inscrito en el cemento fresco que seria la eterna lapida: "Regina Daconte, madre y abuela de toda una generación de locas".Aquella noche del veinticuatro de diciembre había perfumado su cuarto con aromatizante de pino, el arbolito escueto brillaba en un rincón, con sus bolas amarillas y azules. Y las luces titilando como el corazón de Brandy, quien preparaba una improvisada cena, se vistió con el mejor de sus trajes, todo para el, hacia un tiempo lo había conocido en "la zona" , Brando le decían, era el entones novio de su amiga de su gran amiga la Camelia, pero basto verlo para echar a un lado la amistad y tambalear en sus tacones, y no sacarlo de su cabeza hasta que lo tuvo ahí en su cama, ambos ebrios y ella comiéndose de a mordiscos esa manzana de la discordia que le ocasiono abrir una temida lista de enemigas intimas, la cual se iría acrecentando con los años. Esperaba impaciente, para sentarse junto a el y dichosa servirle el jamón serrano que le costo un ojo de la cara, junto con el arrocito chino, la natilla y los buñuelos, para finalizar la velada con broche de oro, sirviendo una fría botella de vino, aunque barato vino al fin y al cabo, y tomarlo en copas plásticas, porque de cristal no habían, pero eso era lo de menos.

Reloj, no cuentes las horas, pero las horas pasaron, las diez, las once, las doce en punto!, los gritos de parto de Maria la virgen cesaron, el llanto del niño llegaba con las doce campanadas, despertando a los pastores drogadictos que se agolpaban en las escalinatas de la iglesia San José, descorriendo sus cortinas lagañosas para ver el lucero de Belén en lo alto, tan distante pero benévolo, porque hoy era noche buena y los corazones mas tiranos aflojaban sus cerrojos y ponían en sus manos indigentes el vasito con chocolate tibio y crujiente croissant. La Brandy miro desde la ventana del hotelucho el miserable pesebre que abarcaban sus ojos, se bebió la botella de vino entera y salió a trabajar.

Al llegar a "la zona" el primer regalo que abrió con sorpresa era el de Brando con su jurada enemiga dando una vulgar escenita de amor, aquí fue donde empezó el descenso; no se hizo notar, loca de ira prefirió irse, meterse un, par de botellas de aguardiente y aceptar la manzana envenenada de manos de la vieja bruja: "prueba esto, veras que se te pasa niña" y se hizo la oscuridad, el camino espinoso y minado en el que se levanto y el cual evito pisar hasta entonces, hoy la recibía desnuda, el oscuro animal de la droga le mostraba en principio una sonrisa amable, una sonrisa que luego completa era una horrorosa mueca de colmillos babeantes que la atrapo sin remedio, la bella flor púrpura del Cairo fue deshojándose lentamente, hasta convertirse e4n una reptante zarza que solo podía herir a quien encontrar en su camino, La camelia fue la primera en probar su contacto espinoso, esa misma noche regreso inyectada en tóxicos y su alma vendida y firmada con sangre sobre un oscuro documento, como un espectro que sale de la nada tomo a la loca por sorpresa, el vientre de la pobre infeliz recibió su filoso odio, que rajaba desde el ombligo subiendo, cortando la carne sin ninguna misericordia, una disección sin anestesia que abrió a la camelia como a un cerdo y las vísceras cayeron aun latentes esparcidas en la arena, -esto lo hago por amor le dijo a los ojos mientras caía al suelo convulsionando, limpio el punzón con un pañuelo empapado en aguardiente y lo guardo en su cartera.

Lo que vendría en adelante seria una caída por los escalones infernales, llegando a lo mas profundo del hirviente caldo satánico, Brandy la cirujana fue conocida por todos y temida por todos, ya no seria por amor, cualquier motivo por insignificante que pareciera era suficiente para que su bisturí diera su toque cirujano en el primero que atreviera a retarla. Solo salía de noche, dormía hasta el mediodía y se levantaba dándose de frente con un espejo roto, describir en lo que se había convertido entonces era una penosa labor, un cruento trabajo que lo haría mejor un medico forense, porque a pesar de sostener con sus tacones aquel encaje de huesos, Brandy era ya una sombra, una muerta travestida, un noferatu salido de su cripta para beberse a chorros la sangre de las doncellas.

Una bella y calida mañana de septiembre del noventaitres, una nube negra de gallinazos se disolvió a causa de las piedras que lanzaron unos niños que pasaban por allí cerca, la leyenda de Brandy había empezado a ser escrita sobre las aguas putrefactas del caño, su cuerpo era un amasijo de piel y cuencas vacías, parecía un cigarrillo desarmándose en el agua sucia, la metieron en una bolsa negra y la tiraron al rió, la noticia de su muerte fue celebrada por varios meses. Hoy en día cuando en "la zona" alguien habla de Brandy la cirujana, las travestís guardan un silencio casi sepulcral y miran al callejón del colegio Lourdes como si alguien entre las sombras aun acechara.

3 comentarios:

Andrés Correa dijo...

Daría para una novela esta historia pero ese es un comentario muy bobo. Mi conteo de endorfinas está muy bajo, asi que muchas gracias por recordarme que existen grandes historias y un mundo real. Es mucho mas que un paño de agua tibia. Y si es una gran historia. Cada vez me gusta mas tu pluma y cada vez me hace mas falta aunque no me doy cuenta si no cuando me acuerdo (me recuerdas) pasar por acá

Andrés Correa dijo...

Y si, soy un ingrato asi que sorry

Bounarrotti dijo...

Hola, ley esta historia hace un tiempo largo en una revista... Pero me enseño tanto acerca de mi vida y lo q soy, de lo afortunada q soy, y me hizo darle gracias a Dios... Uff, este tipo vivio el limite del dolor, no se si es real, tal vez no, pero me toco y bastante, q bueno q la encontre en internet... Gracias!!!